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martes, 16 de noviembre de 2010

ARROZ AMARGO PARA CUATRO

Cartel de Arroz amargo.
El reciente adiós de Dino de Laurentiis me recordó una de sus producciones, Arroz Amargocatalogada entre las joyas del cine italiano de posguerra. La segunda película del director Giuseppe de Santis, está protagonizada por Raf Vallone (luego reconocido en España por su papel en La Violetera), Doris Dowling, un joven Vittorio Gassmann y la entonces poco conocida Silvana Mangano. Casada con Laurentiis el mismo año del estreno (1949), murió cuarenta más tarde en Madrid, donde había fijado su residencia. Al igual que otras grandes del cine italiano, se sirvió de los concursos de belleza para entrar, demostrando enseguida su magnetismo ante las cámaras.

Como telón de fondo de esta historia, merecidamente nominada al Oscar al mejor guión original, la campaña de recolección en los arrozales al norte del país. Walter y Francesca (Gassmann y Dowling) llegan huyendo de la policía por su implicación en el robo de unas joyas y coinciden con Silvana y Marco (Mangano y Vallone), estableciendose entre los personajes conexiones de amor, desamor, odio, envidia, solidaridad, desconfianza y agradecimiento.  Además, Arroz Amargo retrata la clase obrera italiana de la época y las miserias y bondades de las que somos capaces cuando el hambre aprieta.

En lo técnico, destaco la buena fotografía y una novedosa utilización del travelling y algunos planos poco usuales en el cine europeo de la época. En cuanto a los intérpretes, Doris Dowling está por debajo de sus compañeros, y me gusta Vittorio Gassmann. Eso si, me quedo con la Silvana Mangano que derrama erotismo en cada toma sin enseñar apenas nada, porque pertenece a ese reducido grupo de actrices que pueden hacerlo con una mirada, bebiendo un vaso de agua o recogiendo su cabello. Y eso me lleva a imaginar con regocijo a los censores españoles del momento trabajando a destajo por su culpa, hasta degradar al mismísimo Eduardo Manostijeras a la categoría de becario en prácticas.

Para terminar, algo que me atrae mucho son las meteduras de pata. En este caso hay una en la parte final, donde una de las actrices principales abre los ojos y mira hacia atrás. Nada raro, si no fuera porque ya ha muerto. 

¿Vas a perdértela?


2 comentarios:

Patri dijo...

Mentiría si dijera que entra a formar parte de mi lista de predilectas. No me entretuvo al punto de "Roma, cittá aperta", "Amarcord", "La Familia" o "La Strada" pero reconozco su calidad. Estoy de acuerdo contigo en todo lo que comentas, excepto en lo de Doris - a mi me gustó. Ciertamente retrata una época, una manera de vida y un pueblo italiano gritón, pícaro y chulesco. Me faltó más Vitorio y en Silvana vi un diamante en bruto.

Clementine dijo...

Yo hace tiempo que no la veo pero sí me la he visto varias veces porque es un buen ejemplo del inmejorable cine italiano de esta época. Y Vittorio Gassman está aquí fabuloso, pero ¿y cuándo no?

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