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jueves, 2 de junio de 2011

LA HEREDERA


Aunque no le costó demasiado trabajo, fue Olivia de Havilland quien convenció a William Wyler para rodar La heredera, después de asistir entusiasmada a la representación de la obra teatral Washington Square, inspirada en la novela homónima de Henry James. Su protagonista es Catherine Sloper, una joven soltera y retraida que forma parte de la alta sociedad neoyorkina decimonónica y vive en el número 16 de Washington Square entre el yugo de su padre, el férreo doctor Sloper, y la alargada sombra de su difunta madre. Al menos su tía Lavinia da un poco de oxígeno a Catherine, abriendo para ella las anquilosadas puertas del amor al poner en su camino a Morris Townsend, un apuesto pretendiente. Pero pronto sobrevolarán la relación las dudas sobre las verdaderas intenciones del joven y la oposición paterna, que no iba a ser todo un camino de rosas. No obstante, advierto a quienes no hayan visto La heredera que no esperen de ella una trama argumental trepidante porque su encanto reside, precisamente, en ir descubriendo la verdadera personalidad de sus personajes por pequeños gestos y manifestaciones sutiles que terminarán por componer el íntimo retrato interno de cada uno de ellos. No en vano, esta es una de las características principales de la obra de Henry James, poco amigo de la descripción directa de sus personajes y más de hacerlo a través de sus decisiones y por los diálogos que mantienen entre sí. El propio Wyler, que materializa aquí uno de sus mejores trabajos, captó la esencia de la historia de tal forma que llegó a describir La heredera de este modo: "La emoción y el conflicto entre dos personas en un salón puede ser tan excitante como en un campo de batalla. Posiblemente más excitante".


La película es un refinado y minucioso retrato de la buena sociedad que poblaba Manhattan a mediados del siglo XIX y su ambiente victoriano, hermético y agobiante. Y para lograrlo podemos imaginar pocos directores como William Wyler, cuya filmografía se caracteriza tanto por la previsión de los más mínimos detalles como por su legendaria aversión a la improvisación, lo que le hacía capaz de rodar hasta la saciedad cualquier toma que ya hubiera quedado impecable. Y si no que se lo pregunten a la mismísima Bette Davis cuando rodó una de las escenas de Jezabel más de treinta veces. Por eso no me extraña que Wyler hiciera que Olivia de Havilland repitiera una y otra vez un pasaje importante de La heredera en que debía subir con una maleta las interminables escaleras de su casa hasta que, hastiada, la tiró al suelo y se abrió. Como el director se percató de que estaba vacía, la hizo llenar con mucho peso, con lo que logró acrecentar la sensación buscada de cansancio y abatimiento en la actriz, que casi no podia con ella.

 Un reparto de auténtico lujo otorga a Olivia de Havilland (Catherine Sloper) y Montgomery Clift (Morris Townsted) los papeles principales, mientras que las soberbias interpretaciones de Ralph Richardson (Dr. Austin Sloper) y Miriam Hopkins (tía Lavinia) sustentan los roles secundarios. 

El inestable Monty Clift, recién aterrizado en el Séptimo Arte, mantuvo durante el rodaje una relación muy tensa con sus compañeros y el resto del equipo, con los que apenas se hablaba. Se obsesionó con que Ralph Richardson y Miriam Hopkins intentaban robarle planos en cada escena y también se quejaba de que Olivia de  Havilland era tan perfeccionista que le desconcentraba a la hora de darle correctamente la réplica en sus escenas conjuntas . Sin embargo, la comentada insistencia de Wyler por la repetición machacona de escenas y el hecho de ser todavía una promesa que luchaba por darse a conocer entre el gran público hicieron que este limitado actor culminara una de sus mejores interpretaciones, al menos, desde mi personal punto de vista. Sólo más tarde llegaría el agravamiento de sus problemas mentales, el alcoholismo y el accidente que le desfiguró la cara, pero esa es otra historia.




En cuanto a Olivia de Havilland, nos regala una de las mejores interpretaciones de su carrera, lo que no es decir poca cosa. Una vez vista en la piel de la señorita Sloper, no sería capaz de imaginar a nadie mejor para mostrar la esencia del personaje, más  aún si se tiene la oportunidad de disfrutar la versión original no doblada. La sumisión, su irritante inocencia, los miedos, la decepción contenida, la dignidad e incluso la crueldad de la heredera queda patente gracias a ella y su cuidado trabajo de expresión verbal y corporal, que nos muestra la compleja evolución que padece Catherine a lo largo del metraje. No hay más que comprobar sus miradas ó la forma en que retira el cuerpo hacia atrás mientras Morris la corteja, en un intento denodado por guardar el debido decoro y por su miedo a lo desconocido.



Por su parte, Sir Ralph Richardson, reputado actor británco de cine y teatro está magnífico como el irónico y cruel Austin Sloper, aunque jugaba con la ventaja de llevar a sus espaldas un montón de representaciones de la versión teatral de La heredera en Londres. Además, el hecho de ser un actor de caracter, seguro de sí mismo, vino como anillo al dedo al papel, pese a que ese temperamento chocara en ocasiones con el del director a la hora de tomar las decisiones respecto al enfoque propicio para su doctor Sloper.



El broche a este plantel lo pone Miriam Hopkins como tía Lavinia, una Celestina díscola y soñadora, mucho más desenfadada que su sobrina a pesar de su edad. La estrella de Hopkins había  brillado con fuerza durante los años treinta, momento a partir del cual su carrera empezó el declive y se centró en el teatro. Eso no fue impedimento para que viviera una segunda etapa en la gran pantalla interviniendo puntualmente en grandes títulos como éste, la divertida Casado y con dos suegras ó La jauría humana.



La partitura musical se dejó con acierto en las manos de Aaron Copland, que no podía negar su sólida formación y trayectoria como compositor de música clásica, aunque por entonces ya contara con dos nominaciones al Oscar por sendas bandas sonoras. Por cierto que, hablando de música, hay un momento del largometraje donde Montgomery Clift le canta a Olivia de Havilland el tema "Plaisir d'amour", una antigua canción francesa que muchos años despues se convertiria en el "Cant help falling in love" que popularizara Elvis Presley. El plagio es evidente, aunque los autores del tema del rey del rock sólo reconocieron una "inspiración" en el tema original. A mi no me deja muchas dudas, pero juzgad vosotros mismos:




Por esta vez, podemos afirmar que la película fue agraciada con abundantes y merecidos reconocimentos, entre los que destacan cuatro premios Oscar a la dirección artística, banda sonora, actriz (Olivia de Havilland) y vestuario, así como nominaciones a mejor pelicula, director y actor de reparto (Ralph Richardson). Además, alcanzó el éxito en los  Globos de Oro con el recibido por Olivia de Havilland y las nominaciones alcanzadas por Miriam Hopkins como mejor actriz de reparto y William Wyler como director.

                                                 by mueredecine
LA HEREDERA

No quiero finalizar sin subrayar una de las virtudes más destacables de esta película, que no es otra que la sutileza de su puesta en escena, consiguiendo mostrarnos en cada visionado detalles que antes pueden pasar desapercibidos como, por ejemplo, la primera aparición de los personales principales o las tomas realizadas a través de los espejos de la casa. Además, La heredera cuenta con uno de mis finales favoritos de todos los tiempos pero que, fiel a mis principios, no puedo desvelar por lo que animo a quien no la haya visto a hacerlo en cuanto tenga ocasión.


30 comentarios:

Explorador dijo...

Sin ser muy cinéfilo, abosluto admirador de Monty Clift, y sobre todo de Wyler, que me parece injustísimamente valorado, era capaz de hacer películas memorables en cada género que se propusiera abordar, en mi opinión.

Un abrazo :)

Javier Simpson dijo...

Hace mucho que la vi, pero me quedó el recuerdo de lo cruel de la situación a la que Monty Clift sometía a De Havilland. Montgomery Clift es increíble, muy grande. Muy buena la entrada y todos los detalles sobre la peli, Dick. Un saludo.

Dickson dijo...

Wyler es un maestro, Explorador. A mi no me sirven esas critícas de que no tenía un estilo definido. Más aún, el hecho de ser un todoterreno lo calificaría como una virtud. Un abrazo.

Dickson dijo...

Si recuerdas bien, Javi, aquí todos terminan siendo crueles con todos en algún momento de la película. Gracias y saludos.

Patri dijo...

Al fin! yo ya tuve ocasión de verla y recientemente por lo que la tengo aún presente e identifico cada rasgo que describes aunque claro está que desconocía los detalles tipo - la canción que inspiró a Elvis, la maleta cargada por Wyler o la tímida relación de Clift con sus compañeros de reparto...agradecida por toda esta información!. Es evidente que el guión está diseñado para tener una sóla clara protagonista y esa es la propia heredera, por lo que no es de extrañar que Olivia insistiera a Wyler, es un papel diseñado para que ser ganador, por supuesto sin desmerecer la capacidad interpretativa de Olivia que supo aprovechar inteligentemente la oportunidad.
Me apunto la frase de Wyler sobre el campo de batalla que puede ser un salón, y sino que se lo pregunten a un maestro de las acaloradas discusiones creadas por Tennesse Williams en casi cualquiera de sus maravillas.
Recuerdo escuchar a Scorsese mostrando su respeto y admiración por esta obra en la cual se inspiró para "La edad de la inocencia". Tras verla, pude enterder porqué. Sólo los movimientos para salvaguardar "el debido decoro" como bien expresas, de Havilland son suficiente iluminación para cualquiera de los actores de "La edad..".
Para terminar, son varias las imágenes que me alientan en esta pelicula, pero me quedo con el momento en que la heredera desliza su mano enamorada por los olvidados guantes de Morris...
Besos

deWitt dijo...

Yo confieso: para mí Wyler era un Dios!
"La heredera" es una gran película en donde Olivia está soberbia.
Me quedo con la frase: "La emoción y el conflicto entre dos personas en un salón puede ser tan excitante como en un campo de batalla. Posiblemente más excitante", porque creo que Wyler era un experto en ello y no puedo evitar recordar "la loba" con esa gran escena en el salón con Bette Davis imperturbable ante el infarto de su marido.

Comparto contigo lo de relativo al final de la película: grandioso!

Gran película y gran entrada.Fantasticamente escrita. Enhorabuena!!

Saludos

Dickson dijo...

Hola, Patri. Después del conflicto con la Warner, que llevó a Olivia a no trabajar durante tres años de pleitos, cuando se le presentó la ocasión de hacer "La heredera" no dudó en luchar por el papel, harta de sus años de rodar películas que desprovechaban sus talentos.
Ese momento de los guantes olvidados en la entrada también creo que es para nota.
Besos y gracias.

Dickson dijo...

Gracias por todo, deWitt. Comparto cada cosa que cuentas. ¿Cómo olvidar a esa Loba Bette Davis? Por cierto que siempre me ha llamado la atención que fuera precisamente Olivia de Hvilland una de sus pocas amigas dentro de la profesión, por lo cual siempre se admiraron y respetaron mutuamente. Saludos.

deWitt dijo...

jajaja! Yo también me quedé un poco k.o cuando supe que Olivia y Bette eran íntimas.

Más aún, en esta película, la gran amiga comparte escenas con la gran enemiga de Bette, Miriam Hopkins. Sí, sabemos que la Crawford también era un "poco enemiga" pero con la Hopkins creo que la enemistad era real y no tan mediática.

Saludos

Cristina dijo...

La ví hace muy poquito, y me enganchó totalmente. Olivia está increíble en su papel de ciega enamorada, aunque a Clift se le ve el plumero desde el principio,( por cierto está guapísimo en esta película). La ambientación de la cinta es estupenda; pero lo que más me sorprende es la metamorfosis psicológica que sufre la protagonista al ir transcurriendo la trama; comienza siendo una chica manipulable, inocente e ilusionada, y acaba convirtiendose en una mujer madura, fria y con las ideas muy claras. Olivia se mereció sin duda el Oscar que le otorgó la Academia.Un saludo

Mario Salazar dijo...

Magnífica reseña, me ha gustado mucho, debo decir que primero leeré el libro de James pero luego iré por la película, es que lo que has escrito me ha fascinado y además Montgomery Clift me parece un actor melancólico y sensibe, un buen actor. Un abrazo.

Mario.

Dickson dijo...

Hola, SqSmaravillosa. A mi una de las cosas que me gusta de Clift en "La heredera" es que inicialmente se le ve el plumero, como bien dices, aunque me queda la duda hasta el final. Y Olivia sin duda hace un gran papel, nada facil por otra parte debido a la evolución que padece su personaje. Saludos.

Dickson dijo...

Gracias, Mario. El libro es un relato breve, por lo que su lectura no te llevará mucho tiempo, así que enseguida estarás dispuesto para disfrutar de La heredera, que seguro no te defraudará. Un abrazo.

Manderly dijo...

Esta película está en un puesto muy alto en la lista de los cinéfilos de cine clásico.
Cuenta con un gran guión, actores, director y todo lo demás logrando así una buenísima película que ocupa porque se lo merece un lugar importante en el séptimo arte.
No me canso de verla y que es Olivia está perfecta perfecta!!!
Saludos!

Dickson dijo...

Completamente de acuerdo, Manderly. Para mí, La heredera está por encima de muchos títulos que normalmente se posicionan antes entre las mejores películas de la historia. No sé si esto sucede por desconocimiento o por la injusta etiqueta que muchos han colgado a Wyler de director carente de estilo porque era capaz de tocar todos los géneros. ¡Saludos y hasta pronto!

Daniel Bermeo dijo...

Que gran entrada, la he leido con pinzas porque aun no veo la pelicula. Wyler me parece uno de los directores más sobresalientes de todos los tiempos, recuerdo bien Jezabel, Horizontes de grandeza y la mítica Ben-Hur (gloria del séptimo arte)... De Havilland no he visto mucho, sera una gran ocasión para verla ademas de la actuacion que le valio muchos reconocimientos... Saludos!

Dickson dijo...

La lista de grandes títulos de Wyler es larga, Daniel, pero "La heredera" es uno de los mejores, tanto suyos como de Olivia de Havilland, una de mis actrices favoritas, como habrás podido comprobar. Saludos.

Clementine dijo...

Me he visto un montón de veces esta película, porque me encanta, y cada vez que la veo me gusta aún más. El reparto ya se sostiene por sí solo, los secundarios son de auténtico lujo, y encima están todos dirigidos por ese gran maestro que fue William Wyler, para qué más. Sólo él sabía contar así estas historias, era excepcional.
Olivia está aquí perfecta, como solía acostumbrar, pero el que me entusiasma en esta película es Montgomery Clift, tenía una especial habilidad para confundir al espectador con respecto al verdadero carácter de su personaje, era realmente extraordinario.
Muy buena entrada, Dickson, me ha encantado. Un beso.

miquel zueras dijo...

Maravillosa película. Clift nunca estuvo mejor. Es una obra que hay que ver dos veces para captar los muchos detalles que contiene. Recuerdo especialmente una escena: el padre de Olivia se la lleva a viajar a Europa para que olvide a su pretendiente, la única escena que vemos del viajes es desoladora, con los dos sentados en un deprimente café. Saludos. Borgo.

Dickson dijo...

Es que ´"La heredera" es de esas que requiere verla al menos dos veces con los ojos bien abiertos, Clementine. En cuanto a Clift, ya ves que no es de mis favoritos pero aquí hace una de sus mejores interpretaciones. Además, coincido contigo (ayer mismo se lo comentaba aquí a la amiga SqSmaravillosa) en eso de que sabe dejar la duda sobre las verdaderas intenciones de Morris hasta el último minuto. Besos.

Dickson dijo...

Aquí ha habido un caso claro de telepatía, amigo Borgo, pues tras contestar a Clementine he visto tu mensaje y lo he publicado, percatándome sólo entonces de nuestra común recomendación para ver "La Heredera" una segunda vez.
Por otro lado, se ve que no interesó dedicar tiempo al viaje a Europa, despachado en un abrir y cerrar de ojos, lo que me parece un acieto, más allá de la tentación de tirar de un recurso tan goloso como ese para adornar la película. Creo que es mejor que Wyler vuelve a meternos entre las cuatro paredes de la casa que tanto pesan a Catherine. ¡Saludos y buen día!

deWitt dijo...

Ays chic@s: esta noche veré "la heredera" una vez más porque con vuestros comentarios me ha entrado el mono!! Trataré de verla - que será la enésima vez - con otros ojos a ver si descubrimos cosas nuevas.

Saludos

Dickson dijo...

Yo la tengo fresca, porque la he visto otra vez para hacer este post, pero no será la última. Saludos.

Sandra Mantas dijo...

Pues no la he visto y me la anoto, ya que , además de tus buenas palabras todo invita a su visión: su director, su equipo artístico y su origen literario. Un abrazo.

Dickson dijo...

haces bien en tomar nota, porque no vas a perder el tiempo. Un abrazo, David.

FATHER_CAPRIO dijo...

Como ya comente en su día Olivía de Havilland se mercecía dos Oscars, uno por la Catheryne ingenua y engañada, otro por la Catheryne del alma endurecida. Se pueden decir muchas cosas más pero tu las has dicho perfectamente

Saludos

Dickson dijo...

Me sumo a la propuesta de los dos Oscar, Father_Caprio. Como tengo debilidad especial por Olivia, a veces, no se si la pasión me llega a cegar, pero creo sinceramente que en esta película está sembrada. Saludos.

William De Baskerville dijo...

Buenos dias, Dickson.

No la he visto, y eso que me gustan tambien este tipo de peliculas.

Al principio me ha recordado a Jezabel (por el ambiente en general), no sé porque motivo, y luego has comentado detalles del rodaje de Jezabel.

Me he quedado sorprendido de la canción que canta M.C. es muy parecida!.

Me la apunto! .

Saludos!.

Dickson dijo...

Buenos días, señor de Baskerville. Tiene puntos en común con Jezabel, aparte de la época (unas décadas arriba o abajo) y su director, pero la historia de La Heredera tiene vida propia, sin duda. En cuanto a la canción, decir que es muy parecida me parece hasta benévolo por tu parte. Saludos.

Julius Revolution dijo...

Querido amigo Dickson:

En reconocimiento a tu inestimable labor he querido galardonar tu blog con el premio simbólico Sunshine Award. Es un pobre pago por lo que ofreces desinteresadamente, pero lleva implícito mucho afecto y admiración. También, mucha gratitud. Te indico seguidamente sus reglas:

1º-agradecérselo a quien te lo ha dado
2º-escribir un post sobre ello
3º-entregarlo tu mismo a 12 blogs que creas que lo merecen
4º-poner un enlace de los blogs premiados
5º-mandar un comentario o correo comunicándoselo

Sé que te resultará difícil reducir el número de candidatos sólo a doce ; te pido disculpas por ponerte en tal tesitura. Abrazos, Julius Revolution.

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