En Días sin huella, Billy Wilder relata las viviencias de un frustrado escritor alcohólico, enfrentado voluntariamente a un largo fin de semana sin las dos únicas personas que le aguantan. El título original , The lost weekend, como de constumbre, tiene poco que ver con el recibido en España.
Muchas peliculas han contado con protagonistas aferrados a una botella, aunque pocas tienen el problema como eje central y aún son menos las que lo hacen tan bien como Días sin huella ó Dias de vino y rosas. El director enseña la cara más oscura del alcohol, la droga mejor aceptada en nuestra sociedad, pese a constituir un verdadero infierno para muchas personas y sus familias. Ni siquiera los gobernantes, tan empeñados en desterrar otras adicciones e inmiscuirse en nuestras vidas, le prestan la debida antención.
Ray Milland encarna a un pobre hombre dominado por la bebida, dueña y señora de su voluntad y su dignidad. Podemos verlo tocando fondo y desesperado en su apartamento, incapaz de recordar donde ha escondido el whisky ó vagando por las calles para empeñar la máquina de escribir por un poco de alcohol. Se nota la mano de Wilder al exponer, a golpe de flashback, los antecedentes del noviazgo del protagonista con la sufrida Jane Wyman, por medio de las confesiones, tan reales y sinceras como estereotipadas, entre un borracho y su camarero de confianza. Ese vínculo, mientras exista un intercambio comercial, entiéndase bien, de bebida por dinero, suele funcionar de por vida ó, al menos, hasta la jubilación del camarero, como si de un matrimonio bien avenido de los de antes se tratara.
Completan el reparto Phillip Terry y Doris Dowling. En su palmarés cuenta con los premios Oscar de 1945 a la mejor película, dirección, actor principal y mejor guión adaptado.
2 comentarios:
Otra de mis asignaturas pendientes. Y digo pendientes porque, siendo de Billy Wilder, la veré antes o después fijo.
Espero que te guste, aunque se te amontone el trabajo, al igual que nos pasa a todos con las temibles e interminables listas de películas pendientes.
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